“Las experiencias son enseñanzas y eventos que quedan plasmados en tu memoria, que ni incluso una fotografía o video pueda expresar el sentimiento o retractar lo que ha significado ese momento.” Toda persona es soñadora, pero no todos tienen el valor para cumplir esos sueños.
Y medito, realmente nos merecemos tanta belleza o ¿Cómo el ser peruano ancestral pudo llegar a este maravilloso lugar? ¿Cómo las personas pueden estar en deuda con este mundo maravilloso?. ¿Saben? Descubrí que la verdadera historia se vive allá arriba y más aún cuando surgen más preguntas que respuestas, la última que se me formula es, ¿Dónde será mi próxima aventura? Aún trabajo en la respuesta… Semana Santa 2018.
Este año inicié con buen pie la travesía de conocer nuestro país. A principios de año estuve por Piura, hace unas 3 semanas en la ciudadela Rupac – Huaral. Pues bien, en esta oportunidad he de expresar mi experiencia en el último lugar, Rupac. Si deseas experimentar la adrenalina, el contacto directo con la altura, probar tu estado físico,tomar buenas fotos, acampar en un clima extremo y tener una experiencia inolvidable con tus amigos, familia o pareja, tu primera opción debe ser Rupac. Lugar ancestral que se encuentra a pocas horas de Lima. Más aún si no cuentas con grandes recursos, planificar y hasta a veces ahorrar comiendo frutas, pan y conservas es una excelente opción.
Nuestra travesía inició desde hace pocas semanas, empezando por no contar con una bolsa considerable de dinero; sin embargo, ante los problemas o escasez uno se las debe ingeniar para hacer algo diferente e inolvidable. A ello se suma las ganas de conocer tu país y tener algo que contar a tus amigos o simplemente guardarlas en tu memoria. No soy de publicar a cada momento las cosas que hago o me pasa, pero he de hacer una pausa en mis actividades diarias para compartir con las personas, que vale la pena esforzarse y hasta ajustar algunos antojos en la capital para darse sus gustos. Tampoco he sido de las personas que ha viajado mucho, pero los que realicé los llevo en mi mente y corazón porque fue junto a aquellas que me agradó ir.
Debo confesar, que hasta los 25 años de edad jamás había viajado con una enamorada, sonará algo nerd o cursi, pero la verdad es la verdad. Me encanta disfrutar del paisaje y naturaleza pura, viajar o visitar lugares alejados de la ciudad me llena de alegría y paz interior. Ir a Rupac fue un reto, no tan solo por la altitud a la cual se encuentra; les comento que mi primera experiencia en altura fue una visita a la ciudad de Huancayo y me dio el conocido soroche, 3 de los 5 días que estuve ahí las pase en la habitación del hotel. Así que ya sabrán que era un reto personal volver a toparme con este tipo de escenarios, más aún caminar e ir sintiendo los estragos de la disminución de oxígeno. El resultado, hacer el ridículo con mi acompañante ya que cada cierto tramo de la caminata paraba a rehidratarme o tomar aire para seguir adelante. No obstante, me motivaba saber que era un reto llegar hasta la cima. El tiempo que te toma ascender es de 3 horas en promedio para una persona a condiciones normales.
Para los que realizan trekking a menudo les lleva 2 horas, y para principiantes de 4 a 5 horas. En conclusión, nos tomó 3 horas y 20 minutos exactamente, y no tan solo fue el hecho de llegar y decir misión cumplida, sino que la noche se acercaba, la visibilidad del camino es casi nula, a ello se suma la cantidad de neblina que hay en el lugar. Llegar al último tramo de la subida me resultó más difícil, pero motivado porque los efectos de la altura casi pasaron desapercibidos en mi organismo. Debo confesar que tomé una pastilla que ayudó bastante también, gracias Ale. Viajar en fiestas tienen sus ventajas y desventajas, partiendo desde que los precios suben considerablemente y la gran cantidad de personas que pueden llegar a estar en los lugares que pretendes ir; sin embargo, el aglomerado de personas o los caminantes que ves durante tu recorrido a Rupac no fueron para nada molestos, es más te motiva a seguir adelante contra todo pronóstico. Puedes llegar a compartir un saludo, dar la mano para cruzar un riachuelo opuente, avisar cuando los burros de carga pasan por el angosto camino que te direcciona a la ciudadela, darse ánimos en las piedras que son tomadas como un coffee break, hasta compartir una bebida alcohólica, ustedes saben, una “ayudita” no está de más. Anochece, se visualiza desde el momento que llegas a Rupac la cantidad de carpas instaladas,fogatas, cánticos y voces que alientan o buscan a sus amigos, aquellos que el cansancio los dejó atrás, o aquellos que por algún motivo iniciaron el rumbo desfasados del tiempo.
Instalamos la carpa, nuestra humilde morada en la naturaleza se compromete a albergarnos frente a una noche fría, lo confirma la temperatura de los celulares que marcan de 8 a 10 º C. Vale la pena experimentar todo tipo de sensaciones. Para los que me conocen a detalle, odio el atún, así es señores. Así que ya imaginarán lo difícil que es para mí pensar en la idea de sobrevivir varios días en la naturaleza, pero ello no es excusa para decir no voy; todo lo contrario, hay otras opciones de que comer y Rupac las tiene. En la cima, donde para los pobladores es rutinario llegar en burro o tomarse un promedio de 5 horas en bajar o subir, se instalan algunas carpas dónde venden comida y bebidas calientes a gusto del cliente, no se sorprendan por el precio, ya que a esa altura y con el frío de la noche lo que menos pensarán es regatear o caminar cuesta arriba para buscar más opciones, esto en definitivo no lo es, así que vayan preparados con sus viáticos, una contingencia no está de más.
La noche cae, nos preparamos a recibirla, una totalmente fría y excitante a la vez. Un detalle que olvidaba, lleven linternas de mano o las que se usan en la cabeza. Porque allá arriba, hasta la tecnología falla, los celulares están húmedos, los cargadores portátiles pueden llegar a fallar, así que mejor prever antes que otra anomalía se presente. El frío es manejable, pero para asegurarse lleven colchones o aisladores de piso con la humedad. Tengan en cuenta que el terreno no es plano, más aún si llegas tarde y los “mejorcitos lugares para acampar” se encuentren llenos o que la oscuridad y el cansancio te hagan elegir uno donde el piso tenga que lidiar con sus espaldas y la topografía irregular del lugar. Nos acostamos temprano, nos reímos del ridículo que hizo mi estado físico, pero se logró llegar,así que ahora a disfrutar del lugar, el colchón de nubes nos espera al amanecer, la ciudadela será recorrida por la mañana, las cámaras están listas para fotografiar cualquier lugar o toma perfecta a gusta del cliente, porque esta vez la naturaleza nos atiende. Amanece y el frío llega a su punto crítico, nos asomamos de la carpa y entre el alba logras visualizar a las decenas de almas que se preparan a recibir el espectáculo por el cual han venido desde diferentes partes de nuestro país y también del mundo. El resto tal vez es historia conocida: el amanecer, las fotografías, los videos o selfies con tus acompañantes,etc.