Jauja, como muchos otros destinos turísticos del Perú, posee vasta riqueza histórica, turística y cultural. Anualmente se desarrollan diversas festividades a lo largo de sus 12 barrios y sus 33 distritos. Entre estas festividades, destacan los carnavales, que tienen lugar entre el miércoles de ceniza e inicio de cuaresma, por lo que su realización oscila entre los meses de febrero y marzo, pudiendo llegar hasta inicios de las festividades de Semana Santa.
En esta oportunidad, voy a referirme a las festividades de carnavales en el distrito de Molinos, ubicado a unos 10 minutos de la Provincia. Se caracteriza por sus hermosos paisajes y es reconocido por sus tallados. Políticamente está dividido en 05 barrios, quienes organizan sus fiestas en fechas distintas, dando el inicio el barrio El Porvenir (Huarancayo), con la particularidad que (en este barrio) toda la festividad se desarrolla al ritmo de orquesta típica y no de una banda como es costumbre.
Por otra parte, en los barrios de Dos de Mayo, Chaupimarca, Centro y Bellavista, donde avistan padres, hijos, nietos, vecinos e hijos residentes, las celebraciones se sintetizan en un solo día, repitiendo la misma dinámica por hasta tres días consecutivos.
En el barrio Dos de Mayo, en la víspera se realiza la velada de la Santísima Cruz de Mayo, la cual se ubica en un cerro a espaldas de la plazuela principal del barrio.
La traída de monte, comienza con el saludo al alba con 21 camaretazos, marcando así el inicio de la “expedición”. Familiares, amigos e invitados en general arriban a la casa del padrino, quien brinda el desayuno a base de patasca, café y pan jaujino.
Luego, se trasladan a cortar el árbol desde los bosques del distrito, mientras los varones hachan el árbol, las mujeres esperan y danzan alrededor al ritmo de algunos músicos que conforman la banda de la fiesta.
Cuando cae el árbol se lleva a cabo el tradicional “encuentro”: varones y mujeres juegan con harina, ortiga y agua, para luego proseguir con el traslado del árbol extraído, para lo cual se utilizan cuerdas y palos; en el trayecto se realizan dos o tres paradas y se continúa bailando por las calles con dirección a la plazuela del barrio.
Al arribo se encuentran entre cinco a siete árboles listos para ser adornados para la fiesta, cada madrina, con ayuda de las mujeres, procede a adornar el árbol con diversos objetos como mantas, frazadas, ropa, baldes, lavatorios, globos y serpentina.
Con el árbol listo, los varones se preparan con la ayuda de palos y cuerdas, para plantarlo en el hueco previamente realizado. De este modo, todos los invitados tienen una breve celebración con cerveza compartida por los padrinos, al ritmo de los carnavales y huaynos.
Prosiguen con el paso por la casa de la madrina para el almuerzo, se comparte algún plato típico del lugar, como puede ser trucha o la tan famosa shajta.
Cada quien arriba a sus domicilios para alistarse y salir a bailar en horas de la tarde. Las damas visten: centro (falda ancha y larga), monillo, manta (lliclla) y sombrero, y los caballeros visten: terno, pañuelo y sombrero.
Para el cortamonte, la banda recoge a los padrinos de sus casas y recorren las calles del barrio danzando antes de hacer su ingreso a la plazuela junto con los demás padrinos e invitados del barrio, mientras las parejas bailan alrededor de los árboles.
En horas de la noche, por turnos, los padrinos comienzan a cortar los árboles, estos invitan a sus familiares y amistades a hachar el árbol hasta que caiga, la pareja que corte el árbol es la encargada de organizar la fiesta para el siguiente año.
La fiesta continúa hasta que la banda calle, bailando al ritmo de huaynos jaujinos.
Administradora por la Universidad Nacional del Centro del Perú, con experiencia en municipalidades distritales de la provincia de Jauja, Unidades Ejecutoras y Ministerios en la Capital.
Impulsora activa de la cultura jaujina, con especial interés en la historia y difusión de las festividades de la Tunantada y el Carnaval Jaujino.
Apasionada por los viajes y la promoción del turismo mediante un enfoque “glocal”.